La pirotecnia y sus efectos sobre las personas con autismo

Efectos de la pirotecnia sobre personas con autismo

El último censo realizado por la Sociedad de Pediatría de los Estados Unidos indica que, en la actualidad, 1 de cada 49 niños nacidos vivos se encuentra dentro del amplio espectro de trastorno autista. De acuerdo a estos datos y de la Organización Mundial de la Salud, el autismo es una condición que viene en aumento, sostenido a nivel mundial desde hace años, y que se ha disparado en la última década.

Gran parte de la población con autismo presenta una hipersensibilidad auditiva que se denomina Hiperacusia. Esta se ha medido y evaluado, llegando a resultados sorprendentes. Mientras se sabe que un perro posee una capacidad auditiva siete (7) veces mayor a la del hombre, hay personas con hiperacusia que alcanzan una capacidad auditiva veinte (20) veces superior al de una persona neurotípica.

Es por esto que un estruendo fuerte provocado por una explosión de pirotecnia no sólo genera malestar, miedo o un aturdimiento pasajero, sino que provoca una fuerte inflamación del oído interno que trae aparejado un proceso de dolor agudo que persiste durante horas, hasta que la inflamación desaparece.

El severo impacto de los estruendos en las personas con autismo hace que los diferentes eventos en los cuales se utiliza pirotecnia tengan efectos devastadores en la calidad de vida de esas personas y sus familias. Los festejos navideños y deportivos se convierten, para estos semejantes, en una tragedia. 

El uso de pirotecnia no sólo afecta a las personas con autismo. Muchas personas con Alzheimer (generalmente mayores, pero también jóvenes) con los estallidos pierden el sentido de la ubicación y pueden terminar con crisis conductuales o extraviarse. También los adultos mayores que se encuentran internados en geriátricos o toda persona internada en unidades de terapia intensiva.

Se agregan las largamente conocidas secuelas derivadas de lesiones, quemaduras, incendios y problemáticas similares, que se repiten año a año y someten al sistema sanitario a una gran tensión. Se suma a ello el daño sobre mascotas, animales silvestres, fauna y flora autóctona.

Todos los años se vulneran los derechos humanos de muchas personas y familias, se generan lesiones, se maltratan animales, se afecta al medio ambiente, y todo ello ocurre en aras de un divertimento pasajero que no reporta beneficio colectivo alguno.